La venta de la agenda impresa está en pausa. Te cuento qué pasó.

Es el 7º año en que sacamos La Agenda Para Emprendedoras.

Siempre la hemos ofrecido en versión descargable. Sobre todo porque la logística de enviar agendas internacionalmente me frenaba pero el mundo evolucionó y enviar desde mi cueva Mexicana, se ha vuelta más fácil. Así que este año me animé. 

Esta agenda en realidad es el vehículo de una metodología  que, en mi opinión, tiene un valor gigante para mentes dispersasmulti apasionadas y creativas. 

El diseño de la portada tomó más tiempo que años anteriores ya que por circunstancias tuvimos que cambiar de diseñadora a última hora. A pesar de que comencé en Junio 2022 con la Agenda 2023a penas en Octubre teníamos la portada lista.

 

De ahí seguía la búsqueda de imprenta. 

 

Honestamente no sé por qué son así pero al encontrar una imprenta me daban el avión posponiendo entregarme la cotización. No estaré nombrando gente ni imprentas porque nadie fue mala onda pero ninguna imprenta fue claro conmigo.  Hoy puedo decir que las sorpresas han sido demasiadas y mi alma ingenua prefiere un 'no' directo que una historia envuelta en 'si's' que en realidad significan que no.

Llamé diario a la imprenta y ellos me decían: "No está tal persona, habla mañana para que te demos el precio exacto." OK, les decía y les llamaba al otro día y de nuevo una respuesta similar. Semanas pasaron así. 

Jamás se concretó nada con ellos pero el tiempo sí pasó. 

 

No lo entendía como un 'no' hasta semanas después que dije, creo que quieren decir que 'no' pero no saben cómo decírmelo. 

 

En fin, al mismo tiempo, otra persona nos contacta para imprimir la Agenda 2023hice una llamada con él. 

El plan siempre fue mantener el precio de la agenda 2023 impresa lo más accesible posible. No es un producto de lujo, debe de ser accesible porque es IMPORTANTE y transformador. Necesita llegar a todas. 

Entonces para mantener el precio bajo, me dicen que tengo que imprimir 300 piezas. Se me hacían muchas piezas pero entiendo que era la única manera de crear algo menos de 20 USD, sabiendo que también tendrían que pagar el envío aparte.

Es más, sabía que no le iba a ganar dinero esta vez pero tampoco quería crear un hueco financiero para mi misma. La línea delgada en medio de hacer algo accesible sin joderme a mi misma en el proceso.

Lo veía como un primer paso en el camino que podría ir optimizando cada año, con la experiencia y las conexiones que se iban creando y viviendo. La primera vuelta jamás es la mejor. 

 

Quedamos en un acuerdo para 300 piezas y comenzaron a trabajar en un prototipo. Mientras tanto yo estaba creando todo el embudo de ventas, lo único que me faltaba era recibir el prototipo para hacer fotos y videos para completar las páginas de venta.

 

El prototipo tardó en llegar y con eso los nervios se activaron y ya no se fueron porque ya estábamos a finales de Noviembre. 

Llevaba mucho tiempo adaptándome una y otra vez a la línea del tiempo de los demás y ahora sé que no eran los nervios, era mi intuición diciendo cuidado querida, cuidado. 

El viernes llegó el prototipo, el martes quería comenzar a vender. Trabajé cómo loca todos esos días pero... El lunes en la noche me avisan que la imprenta y la persona que iba hacer las pastas duras se iban de vacaciones en un par de semanas. Me avisaron de ese dato importante unas horas  antes de comenzar la venta.

Me dicen que para apurar el proceso tenía que pagar un tercio ya. Propuse pagar con PayPal desde mis ahorros, si pagas con PayPal aumentará el 6% me dicen, tiene que ser transferencia. O sea teníamos que vender rápido para poder pagar rápido. 

Mareo, miedo y nervios al tope porque eso significaba que tenía que venderlo muchas veces en 24-48 horas para poder pagarlo. Aún así asumí el reto.

Me puse a vender. 

Vendimos 21 agendas en 24 horas. honestamente esas 21 personas son sumamente importantes en esta historia, para mis son las protagonistas de verdad.

Pero con 21 agendas de 300 no alcanzaba para hacer la transferencia aún. Agrégale que PayPal tuvo un retraso en pasar el dinero a mi cuenta (parece eu el drama siempre se junta).

 

Me empecé a sentir sumamente mal.  Una resistencia gigante nació en mi pensar  porque no quería vender 300 piezas porque sí. No quería obligar a nadie, quería llevar mi método de productividad a las personas a quienes no les alcanza el tiempo para hacerlo todo. 

Por el estrés no podía recordar la importancia de la agenda, solo podía ver la importancia de cumplir con la línea de tiempo de otros. Es una característica de mi neurodivergencia recién descubierta.

 

Tienes una lupa entre tú y el mundo, otras personas tienen un filtro, dijera mi terapeuta. Encima tienes una sed de justicia que no va a cesar. 

 

Mi mente entró en un cortocircuito, como en huelga. 

No vendo contra reloj, no vendo por vender y se estaba convirtiendo en eso. 

Mi agenda y este método valen oro y se merecen tiempo para ser explicados.

Mis clientes merecen ser tratadas como personas, no como números.

Mi gente tiene que saber por qué está comprando. 

 

 No lograba encontrar las palabras para explicar lo que estaba pasando, las emociones nublaban mi capacidad de comunicarme clara y directa. A la fuerza quería sacar la lección de la situación, ponerla en palabras en lugar de vivirla, quería volar al futuro y saber exactamente lo que tenía que hacer en el ahora, mientras que mi mente repetía: así no trabajamos.

 

Otra parte de mi pensar respondía: "¡No puedes decepcionar a todo el mundo! Es más, todos van a descubrir que eres un fraude, una inútil, una mujer incapaz de llevar a cabo algo que otros hacen con facilidad y sin problema."

 

Envuelta en el silencio de la confusión, una guerra interna arrancó con el único testigo: las lágrimas que recorrían mi cara.

 

 

"Tu siempre hablas del ritmo divino", me dijo mi esposo, "esto no es tu ritmo divino."

 "Lo sé," le dije.

"Tengo que pausar las ventas."

 

Pausé las ventas y me tomé el tiempo.

Escribí a mis amigas de la vida y mis amigas emprendedoras, algunas decían tú puedes, otras decían no tienes que hacerlo si no quieres, otras decían ¡yo te compro 4!

 

Desde que era una estudiante yo ya sabía que no funcionaba bajo presión, por eso hacía un montón de cosas al inicio del año escolar y mucho menos al final. A los maestros no les gustaba eso pero para mi era la única manera de respetar mi ser intensa y sensible bajo presión.

Así que aquí estoy hoy, 40 años y dudando si tal vez ahora si podría ir en contra de mi naturaleza. 

 

Sorpresa. 

No he cambiado.

Tengo límites. 

Soy imperfecta.

 

Aún así tengo muchas personas en mi alrededor que me quieren y me entienden y me guían. Tengo las mejores clientas del mundo mundial y soy suficiente fuerte para tomar decisiones fuertes y valientes que honrar a mis clientas y me honrarme a mi. 

Por eso estoy aquí. 

Actualmente hemos vendido 24 agendas impresas y si tu eres una de esas 24, el siguiente mensaje es para ti. 

 

Antes que nada: ¡GRACIAS!

Me has comprado algo que no puedo entregarte en este momento y lo siento. Aprecio tu paciencia y tu confianza. Estamos cotizando con otras imprentas en este mismo momento. 

 La versión gratuita de la Agenda 2023 sigue disponible y la puedes descargar en casa aquí.

 

Si has comprado la agenda impresa, estas son tus opciones: 

(Te quedas el BONO que te ganaste al comprar)

Opción 1) Reembolso completo.

Opción 2) Te damos un cupón por la cantidad que has pagado

Opción 3) Esperar tu agenda en lo que buscamos otra imprenta.

 

Si has comprado, avísanos vía correo [email protected] con la opción que deseas tomar. 

Te agradezco desde el más profundo de mi corazón,

Justine

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