Un día mi esposo me dijo: ”¡Que te valga que piensen que eres mala persona! ¡Sé la mala! ¡No te pasará nada!”
Y así merito empecé a dejar de querer ser “la buena” persona en la historia. Fue tan pero tan liberador escuchar y hacer esto.
Una vez que decides que no importa cómo quedas en la mente del otro, te darás cuenta que el bienestar del otro no es tu responsabilidad.
Entonces en un negocio jamás dejes depender tu vida o tu energía del cliente. JAMÁS. Hay muchísima gente que se colgará de ti, de tu energía, de tu ‘dar’, de tu ser ‘complaciente’ y van a querer tomar de ti hasta que ya no quede nada de ti.
El chiste es NO DAR, NO...
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