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La misión de mi alma

Apr 01, 2022
Cuando era pequeña estaba convencida que me esperaba una vida adulta muy solitaria. De hecho no quería crecer. 

Así que creaba mis propios mundos. 

Cerraba cortinas y persianas, prendía una lucecita pequeña en medio de mi cuarto y sentaba a mis muñecas y peluches en el alrededor de la luz y les contaba cosas de la vida. 

No me acuerdo qué les contaba exactamente en esas reuniones íntimas de almas peluchines pero me acuerdo encontrar paz y tranquilidad en hacerlo. 

Lo dejé de hacer cuando un día mi pelo se quemó en esa lucecita, me espantó tanto (¿alguna vez has olido el pelo quemado? Huele al fin del mundo) que nunca más me atreví a organizar mis reuniones. 

Gracias al quemón de pelo, siento que mi cerebrito de niña chiquita grabó el recuerdo tan claro.

Y tal como los olores te regresan los recuerdos, un día en mi vida de...

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