¿Es tu destino?

En la última conversación que tuve con mi abuelita de 98 años antes que se muriera me dijo que ella creía en el destino. 

 

Me dijo que el hecho de que me haya mudado a México era mi destino, me lo contó con su voz quebrada y frágil. 

No creo en el destino, pensé inmediatamente, pero me callé porque nadie quiere discutir de la vida con alguien que está a punto de morir. 

Fui a verla para escucharla, preguntarle por la vida y lo que pensaba que iba a suceder después de la muerte. Tejer unos últimos recuerdos profundos con ella porque conversaciones superficiales nunca han sido lo mío. 

‘Después de la muerte no hay nada.’ me dijo, ‘pero en el destino sí creo.’

Ya que mi abuelita no está y tú estás leyéndome te voy a decir por que no creo en el destino. 

Si mi llegada a México fuera mi destino, ¿Por qué chinga*s hice tantos sacrificios?¿Por qué trabajé tan duro? ¿Por qué he nadado contracorriente desde siempre? ¿Por qué entonces tanta gente me ha querido frenar? 

Si mi vida como es, fue mi destino, todo mi trabajo duro queda en vano y pierdo toda motivación de DISEÑARLO A MI MANERA ya que de todos modos el destino me alcanzará. 

Creer en el destino es una forma pasiva de ver la vida. Como si no tuviéramos ni voz ni voto en ella. Cuando en realidad SOMOS LAS DISEÑADORAS DE NUESTRA VIDA. Y sí, en algunas personas su arquitecta interior está dormida y no más no se ponen las pilas pero nunca es demasiado tarde para tomar las riendas. REPITO: ¡NUNCA!

No te voy a decir que TODO es posible o que si yo puedo tú puedes (porque nadie arranca con las mismas circunstancias tampoco) perooooo MUCHO sí es posible y tú eres capaz de mucho más de lo que crees. Siempre y cuando estés dispuesta a hacer el trabajo que se requiere. Este trabajo es simultáneamente hacía dentro y hacía fuera. 

El verano pasado fui a ver a la psicóloga que me atendió cuando tenía 9 años. Llorando le conté de mi vida, mi pareja, mis hijos, mi negocio. Le decía que estaba sumamente feliz y que no sabía si estaba soñando o si era real. No entiendo cómo he sido capaz de crear una vida tan diferente a la que tenía, le dije con lágrimas en los ojos. 

‘Es real,’ me dijo. ‘Estoy muy sorprendida que lo hayas logrado, cuando eras niña, estabas emocionalmente muerta.’

Yo entiendo en esas palabras que mi destino era uno de tristeza y sufrimiento. Pero algo en mí dijo ni madres, no me voy a conformar con eso, vamos por más. Eso, en mi opinión, es romper con el destino. 

Así que no, el destino no es lo mío. 

 

Romper con el destino es posible para mucha gente y te quiero compartir un par de cosas que me han ayudado a mi: 


1. Pido seguido al universo lo que necesito y cuando llega la respuesta le digo que SÍ a pesar de las circunstancias.

Cuando me llegó la invitación de estudiar el diplomado exacto que buscaba dije: ‘¡Mierda! Ahora tengo que decir que sí a pesar de que no es el momento, cuesta 60mil mxn y requiere muchísimo tiempo mío. Justo tengo mil otras cosas en mi mente y agenda. Pero ni modo. Pedí esto, llegó y el resto se acomodará.’

2. Cualquier duda es en realidad un NO. Digo más que ‘no’ que ‘sí’ a las cosas, gente y oportunidades. Si la frase ‘Es exactamente lo que necesito’ no sale a la mente, no es para mi. O lo es o NO lo es.

3. Si me va a costar mi salud mental, la respuesta es NO. Tu cuerpo es tu guía. Cada vez soy más estricta con eso. Pero sí, me he salido de conversaciones, grupos, comunidades, amistades, relaciones, dinámicas, estudios, energías... al instante cuando me cae el veinte que me cuesta más de lo que saco. No es la mejor manera para hacer muchos amigos, pero la calidad de mi vida aumentó drásticamente al ser leal con mi cuerpo.

4. Aceptar que en la mirada de muchos seré la mala. Acéptalo. No puedes vivir en función de expectativas ajenas nunca. Solo puedes vivir en función de ti misma y de tu bienestar. Que hablen de ti.  Será que es porque eres interesante. Haz lo que TÚ quieres hacer. Carga la etiqueta de ‘mala’ con orgullo. Que me digan ‘mala’ en realidad significa  ‘LIBRE’. 

5.Libérate porque nadie viene a salvarte. Tú eres tu salvadora. 

 

Ok, ya me voy. 

Porque es un tema que puedo seguir escupiendo en palabras. 

 

Las llamadas de coaching 1-1 conmigo ya se acabaron. Ahora comienzan las llamadas 1-1 con mi equipo (y yo observando de cerca), tampoco son ilimitadas. 


Si estas llamadas te llaman, te atraen, te dicen que es lo que necesitas, aplica para una aquí.

Decir que sí a lo que necesitas es clave, el resto se acomodará.

 

Abrazote.

Justine

Close

50% Complete

Two Step

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua.