Para poder ver el regalo en la mierda que te tocó vivir hay que entrar en la aceptación radical. Mi guía sanadora de los últimos meses ha sido exactamente eso: la aceptación pura en cada instante, el soltar querer controlar, el evitar pensar que puedo manipular todo a mi gusto si le echo suficientes ganas.
Aceptar que soy limitada, dueña de mi vida y no dueña de la vida de los demás. Ha sido un proceso interno hermoso y doloroso (como suele ser la sanación).
1. Acepto
Acepto que lo que es, simplemente es. Evito caer en triturar eventos con mi cerebro hasta entender cada aspecto.
2. Resisto
Resisto en las ganas de poner etiquetas duales a las cosas.
Como mi psicóloga un día me dijo: las cosas no son buenas o malas, solo son. Déjalas ser.
Un ejemplo muy claro es tener ‘un negocio exitoso’. Conozco gente que fluye con su negocio exitoso y otros que fueron devorados por su éxito. No ...
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